Necesitamos la transformación a fin de recibir
a otros
"No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea
la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" Romanos 12:2.
"Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones"
(Romanos 14:1.)
"Por lo tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos
recibió, para gloria de Dios" Romanos 15:7.
Para recibir a nuestros hermanos creyentes en el Señor, necesitamos
la transformación. Si permanecemos naturales, seremos incapaces de
estar de acuerdo con los demás. De hecho, conforme a nuestro
modo de ser natural, no somos capaces de estar de acuerdo con
nosotros mismos de manera consistente. Por lo general uno pelea
consigo mismo. Así que, es muy difícil que cualquier cristiano que en
su modo de ser natural, camine en armonía con otros. El recibir a los
santos requiere transformación. Yo creo que lo dicho por Pablo en
Romanos 12:2 con respecto que se efectúa por medio de la renovación
de la mente, no sólo gobierna la sección sobre la práctica de la vida del
Cuerpo, sino también todos los otros capítulos relacionados sobre la
vida de la iglesia.
Si no somos transformados al menos en cierto grado, seremos
incapaces de ser uno con los demás creyentes. Aunque podamos
reunirnos con ellos, seremos incapaces de tener comunión con ellos
ni abrirles nuestro ser. Si nos abriéramos a ellos, terminaríamos
peleando debido a que aún no estamos transformados y a que somos
muy naturales en nuestros conceptos, conducta, y en todo lo que
somos y hacemos. Así que para recibir a los demás creyentes,
necesitamos ser transformados. Todo el capítulo 14 de Romanos y
parte del capítulo 15 se ocupan de este asunto.