No debemos recibir a otros basado en
nuestras propias preferencias
"Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones" Romanos 14:1.
"El Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis
en esperanza por el poder del Espíritu Santo" Romanos 14:13.
"Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo os recibió, para
gloria de Dios" Romanos 15:7.
Debemos recibir a los santos como Dios los recibe. Tenemos que recibir a todo aquel
a quien Dios recibe. No tenemos alternativa. Tomemos el ejemplo de una familia con
muchos hijos. Algunos de los hijos son buenos y otros malos; unos agradables y otros
necios. tal vez en esa familia tan grande algunos de los hijos no estén contentos con
algunos de sus hermanos; sin embargo, ellos deben entender que no depende de ellos
quienes deben ser sus hermanos y hermanas. Eso depende de los padres. Si alguno de
los hijos de esa familia se queja por algo de alguno de sus hermanos(as) no debe dirigir
la queja al hermano (a), sino a los padres que lo engendraron. Nuestro Padre celestial
engendró a muchos hijos, muchos cristianos, y Él los recibió a todos. Por lo tanto
nosotros también debemos recibirlos, no conforme a nuestros gustos y preferencias,
sino conforme a Dios.
Sin embargo, en el cristianismo la mayoría de los cristianos no recibe a los demás como
Dios los recibe, sino conforme a sus conceptos doctrinales. Nos tomaría meses examinar
todos los conceptos doctrinales, tales como la eterna seguridad de la salvación, la
predestinación, el libre albedrío, el arrebatamiento, etc. Incluso la enseñanza de cubrirse
la cabeza ha causado algunas divisiones. Aún esta cosa insignificante ha causado
división.
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