Aplicar la cruz por medio del Espíritu
"Si, pues habéis sido resucitados juntamente con Cristo, buscad las cosas de
arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios" Colosenses 3:1.
"Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios"
Colosenses 3:3.
porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis
morir la obras de la carne, viviréis" Romanos 8:13.
Si queremos aplicar la cruz a nuestra situación particular, debemos tener contacto
con el Espíritu todo-inclusivo. La eficacia de la muerte de Jesús está en este
Espíritu, de la misma manera que la eficacia de algunas medicinas viene incluida
en la dosis prescrita. Cuando una persona toma la dosis que le recetaron,
experimentara la eficacia de aquella medicina. Hoy el Espíritu todo-inclusivo es una
dosis toda-inclusiva. Esta dosis incluye la eficacia y el poder de Su resurrección.
Además la humanidad resucitada y elevada de Cristo se encuentra también en el
Espíritu todo-inclusivo.
Si queremos aplicar la cruz de Cristo, debemos abrir nuestro ser al Espíritu, tener
contacto con Él y darle toda la libertad para actuar en nosotros. Entonces el
Espíritu espontáneamente aplicará la eficacia de la muerte de Cristo. Esto es lo que significa aplicar la muerte de Cristo. Asimismo cuando abrimos nuestro ser al
Espíritu y le permitimos que aplique la muerte de Cristo a nuestra situación, el hecho
de experimentar la muerte de Cristo hará que Cristo venga a nosotros en
resurrección. Por consiguiente por medio de la experiencia de la muerte de Cristo,
experimentamos también Su resurrección. Cuanto más experimentamos esto, más
podemos decir como Pablo: "Para mí el vivir es Cristo" (Fil. 1:21).
De esta manera, los que hemos muerto con Cristo, viviremos con Él en resurrección.
Es así que Cristo llega a ser nuestra vida de una manera práctica. Hemos muerto con
Cristo en la cruz, y hemos sido resucitados justamente con Cristo en la cruz. Ahora
en resurrección tenemos a Cristo como nuestra vida.
Pastor Jaime Batista Cortes
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