Beneficios de la obediencia
"Como me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en
mi amor. Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi
amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre,
y permanezco en su amor" Juan 15:9-10.
Hablar del amor de Dios y del amor por Dios es bastante fácil y no
suscita oposición, pero trate de hablar de obediencia y verá que no
habrá mucho entusiasmo. Sin embargo Jesús dijo: "El que tiene mis
mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama" Jn.14:21.
Obedecer a Dios, al Señor Jesús, demuestra que le amamos. No se
trata de lucirse, sino de amarle. La obediencia es la señal de la nueva
vida en el creyente.
Tal obediencia no es orgullosa o exterior; viene "del corazón" (Ro.
6:17). No esclaviza, más libera de la inclinación al mal que aún está
en nosotros. Jesús también nos revela que guardar "sus
mandamientos" es el medio para conocer el gozo de saber que
uno es amado por Dios.
Al hablar de Dios, Su Padre, Jesús solía decir: "Yo hago siempre lo
que le agrada" Juan 8:29. Meditar en el lugar que el Padre ocupaba
en la vida de Jesús nos ayuda a hacer callar nuestros propios deseos,
a fin de buscar y hacer la voluntad de Aquel a quien pertenecemos.
Por medio de nuestras propias fuerzas no podemos responder a lo
que Dios nos pide; sólo podremos hacerlo dejándonos conducir por
Su Espíritu. Entonces descubriremos que obedecer al Señor Jesús,
escucharle y poner en práctica Sus enseñanzas es la senda del
conocimiento, de la energía espiritual, del gozo y de la libertad.