La tierra seca (Cristo)
aparece al tercer día
"Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos
en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco
tierra, y a la reunión de las aguas llamó mares. Y vio Dios que era bueno.
Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla;
árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él,
sobre la tierra. Y así fue. Produjo pues, la tierra seca semilla verde, hierba
que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla
está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la
mañana del tercer día." Génesis 1:9-13.
En el Antiguo Testamento, la tierra representa a Cristo como fuente que
genera. Esta tierra fue sepultada debajo de las aguas de muerte y volvió
a subir al tercer día. Según lo revela el Antiguo Testamento, de esta
tierra brotó toda clase de vida: La vida vegetal, la vida animal y la misma
vida humana. El hombre fue hecho del polvo de la tierra. En tipología, eso
significa que toda clase de vida procede de Cristo.
Después de la caída de la humanidad, durante la época de Noé, la tierra
volvió a quedar cubierta por las aguas de muerte, lo cual significa que
el hombre estaba separado de Cristo. La humanidad estaba separada del
deleite de la buena tierra. Después la tierra fue recobrada de nuevo. La
tierra fue recobrada hasta la rebelión de Babel, cuando el hombre cayó
aún más, y toda la humanidad se rebeló contra Dios. De modo que Dios
llamó a un linaje con Abraham como padre para que entrara en la tierra
elevada, la buena tierra de Canaán. Esta buena tierra representaba
también a Cristo. Abraham fue llamado a salir de Babel e ir a la buena
tierra. Hemos sido llamados a salir de la rebelión para entrar en Cristo,
nuestra buena tierra. Ahora esta buena tierra nos pertenece y está lista
para producir vida.