No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías 41:10
Dios ha dejado registrado en Su Palabra (la Biblia) grandes y numerosas promesas que edifican, bendicen, animan, consuelan y despiertan nuestra fe; así como lo expresó el apóstol Pablo: “Porque todas las promesas de Dios son en Él Sí, y en Él Amén” (2 Corintios 1: 20). De hecho el propósito divino aquí en este texto bíblico de Isaías; es precisamente acallar los temores y animar a Su pueblo en cautiverio.
Todos en momento determinado hemos sentido temor y en más de una ocasión nos hemos sentido solos. Hay momentos en la vida que pareciera que Dios se a escondido, esos momentos en donde por mas que oremos y oremos pareciera que El no nos escucha o por lo menos no quiere contestarnos.
Personalmente he pasado por momentos de desierto espiritual, en donde he anhela que un ángel del cielo baje y me de a beber agua, pero lastimosamente en varias ocasiones no ha sido así.
Pero en mi caminar cristiano he aprendido algo y es lo que quiero compartir contigo:
He cierto que en la vida de todo ser humano hay desiertos, no puedo negar tampoco que en la vida de los que somos hijos de Dios también hay momentos en los que pareciera que Dios se a apartado de nosotros o se ha escondido, pero también no podemos negar que en medio de esos sequedales, en medio de esos desiertos o de esos tiempos de silencio divino hemos experimentado los mejores momentos delante del Señor.
Personalmente mi mejores encuentros con el Señor han sido en esos momentos de desierto, puesto que pareciera que nuestra alma anhela su presencia y nuestro espíritu esta sediento de El, es así como hoy en día puedo entender que Dios permite momentos como esos para darnos tiempos de refrigerio, para hacernos ver lo necesitados que estamos de El y lo mucho que tenemos que anhelar buscarlo.
En esos momentos es donde el viene como un viento apacible y nos susurra al oído: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”.
Ah!, que lindas palabras de Dios para nuestras vidas, “no temas”, como si supiese que sentimos temor de lo que nos rodea, “no desmayes”, como que conociera nuestro corazón que cuando tenemos temor estamos propensos a desmayar, pero que lindo es saber que “yo soy tu Dios que te esfuerzo”, quiere decir que no es que yo quiera esforzarme, sino que es El en persona a través de su Espíritu Santo quien me esfuerza, luego viene una promesa preciosa: “siempre te ayudare”, en pocas palabras confirmando que estará ahí siempre aun cuando todo parece desierto, luego nos dice: “siempre te sustentare con la diestra de mi justicia”, quiere decir que aun cuando nos encontremos en sequedales espirituales, El vendrá y nos sustentara, nuestra alma no morirá de sed de El, nuestro espíritu no se puede secar, pues El es la fuente de agua viva.
Amados amigos, posiblemente estemos pasando por momentos en los cuales pareciera que todo esta en contra nuestra, tenemos una sed espiritual tremenda y no encontramos nada en medio del desierto, es ahí en donde Dios propicia el momento idóneo para encontrarse con nosotros, para tener uno de esos momentos inolvidables en nuestra vida, en donde a lo mejor estaremos derramando lagrimas y sintiendo como nunca su presencia, El nos ama y jamás nos ha dejado, busquémosle de corazón ,y veremos como lo encontramos en lo mas profundo de nuestro ser.
Dios es Fiel y no puede negarse a si mismo, es por eso que El nos ama con amor eterno y aun cuando nosotros somos infieles, El permanece Fiel a nosotros y esta vez no será la excepción, así que te digo en el Nombre del Señor: No temamos, ni desmayemos, porque el es nuestro Dios y mi Dios
¿Qué sería de nosotros si Dios no nos esforzara y nos fortaleciera? Ya muchos de nosotros hubiésemos desmayado, “tirado la tolla”, rendido, dado por vencido, renunciado al cristianismo, ministerio, liderazgo, servicio que venimos realizando para Dios y Su obra. Él nos ha fortalecido y nos seguirá fortaleciendo hasta el final para seguir adelante y mantenernos de pie a pesar de las circunstancias difíciles, adversas, negativas y desfavorables.
Es motivo de gozo saber que Dios ha dejado en Su Palabra grandes promesas de bendición como éstas que ya hemos estudiado detenidamente y que ha edificado nuestras vidas y despertado la fe y que todavía están vigentes para apropiarnos de ellas y hacerlas realidad en nosotros. Sólo debemos aferrarnos y creerlas. ¡Al que cree todo le es posible!
Gracias hermanita Sara.
Por tu bello mensaje lleno del amor de Dios.
Que El Señor de los cielos continúe derramando muchas bendiciones.
Dios te bendiga y te cuide amada hermanita.
Gracias por tu bella amistad
Hermes Sarmiento G.
De Colombia
Cristiano católico