Adán y Eva son vestidos con pieles
"Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los
vivientes. Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los
vistió " Génesis 3:20-21.
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna"
Juan 3:16.
Cuando Adán creyó en las buenas nuevas, Dios lo cubrió con esa túnica de piel
de cordero, y Adán fue hecho uno con el Cordero. El pecador se hizo uno con el
sustituto. Esta es la unión. La unión hace que la sustitución sea eficaz, pues sin
la unión, la sustitución queda aislada. La sustitución no tiene nada que ver con
nosotros hasta que entramos en esa unión. Cuando participamos de unión, todo
lo que el sustituto ha cumplido es nuestro.
Cuando predicamos el evangelio, algunas personas preguntan: "Puesto que Cristo
murió por nosotros, ¿por qué necesitamos creer? Usted acaba de decir
que Él efectuó plena redención por nosotros. Entonces, ¿por qué tenemos que creer
nosotros? Porque necesitamos la unión. Si ustedes no creen en Cristo, no tiene esa
unión. Si no tienen unión con Él, no podrán hacer suyo todo lo que Él hizo en la
cruz ni podrán aplicarlo. Debemos creer en Cristo. Cada vez que la Biblia habla de
creer para ser salvos usa la preposición "en". Debemos creer en Él. Esta pequeña
palabra "en" denota "unión". Creer en Jesucristo significa ser uno con Él, tener
unión con Él.
Según la ley de California, en la unión entre el marido y la mujer queda implícito
que la esposa llega a poseer todo lo que el marido tiene. Nosotros tenemos el
mejor matrimonio. Nosotros los pobres mendigos nos hemos casado con Cristo,
el multimillonario más grande. Todo lo que Él tiene, todo lo que Él es, lo que ha
hecho y lo que va a hacer, lo que ha logrado y obtenido, es nuestro. Ahora
estamos en Cristo.