Corregidos por las
Escrituras
"Y habiendo convocado a todos los
principales sacerdotes y los escribas del
pueblo, inquiría de ellos dónde había de nacer Jesús.
Ellos le dijeron: En Belén
de Judea; pues así está escrito por mediación del profeta" Mateo
2:4-5.
Los magos tuvieron la visión y, dándose cuenta que mostraba donde
estaba el Rey
de los judíos, asumieron que debían ir a Jerusalén, la capital de la
nación judía,
donde el Rey de los judíos estaría. La decisión de ir a Jerusalén no
fue motivada
por el brillo de la estrella. Fueron a Jerusalén porque se habían
distraído y desviado
del camino por su concepto natural. Jerusalén no era el lugar. Era
la capital y la ciudad dónde estaba el templo, pero no era el lugar donde nació
Jesús. El hecho de que los magos se hubieran desviado causó un grave problema, y
por poco el niño Jesús fue muerto. Ese error costó la vida a muchos pequeños
(vs. 16-18).
Muchas veces tenemos la visión, pero cuando la consideramos, somos
distraídos y
desviados por el concepto natural. El concepto humano nos distrae
sacándonos del
camino. Cuando somos distraídos así, necesitamos la Biblia. Después
de llegar al lugar
equivocado, necesitamos el libro correcto. Después de que los magos
habían ido a
Jerusalén, el lugar equivocado, recibieron corrección por medio de
las Escrituras. Al leerlas aprendieron que Belén era el lugar, y no Jerusalén.
Si no hubieran sido desviados
por su concepto natural. Indudablemente la estrella les hubiera
dirigido al lugar dónde
estaba Jesús en Belén. Cuando los magos habían sido corregidos por
las Escrituras, cuando habían partido de Jerusalén y regresado al camino
correcto, la estrella se les apareció de nuevo (V.9). La visión viva siempre
concuerda con las Escrituras.