ENCONTRO A DIOS EN EL MAR
Durante
la Segunda Guerra Mundial Eddie Rickenbacker y otros compañeros suyos
recibieron una comisión de su gobierno, el de los Estados Unidos de la
América del Norte, y para desempeñarla tuvieron que volar en aeroplano.
El piloto de éste se apellidaba Whittaker. El aeroplano cayó en el
Océano Pacífico: todos los hombres que iban en ese aeroplano estaban en
peligro de perecer. Mientras estuvieron en sus barcas salvavidas
permanecieron orando. Uno de los muchos días de su navegación si rumbo,
pues estaban perdidos, una gaviota posó en la cabeza del jefe del grupo,
Rickenbacker: entonces todos creyeron que algún poder sobrehumano
estaba protegiéndolos cuando estaban a punto de morir o de insolación, o
de hambre, o de sed, o ahogados. Gracias a Dios todos fueron
rescatados. Después de esto, el piloto Whittaker, que había sido ateo,
declaró: "Yo hice el descubrimiento más grande que el hombre puede
hacer: descubrí a Dios". Este piloto llegó a ser un creyente en Dios.