¿Nos hemos olvidado de Dios?
Sin
fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se
acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le
buscan.
Hebreos 11:6
¿Por
qué la vida parece tan difícil, como una batalla nunca ganada, algunas
veces sin salida? ¿Por qué la paz del corazón, el profundo gozo y el
verdadero amor raras veces están presentes? ¿Por qué hay tantas
decepciones, tanta soledad? ¿Por qué hay tanto vacío en lo profundo de
nosotros mismos?
Todo esto, ¿no vendrá de un olvido? Un olvido casi
generalizado que explica por qué la vida, que puede ser tan bella, a
menudo sea una triste existencia. ¡Nos hemos olvidado de Dios! Él, quien
debería tener el primer lugar, ¿lo ocupa realmente en nuestros
pensamientos? Dios existe, por lo tanto es importante, e incluso vital,
escucharlo y hablarle. ¡Con Dios todo es diferente!
Pero, ¿quién es
Dios? ¿Cómo podemos conocerlo? Nosotros somos sus criaturas; por lo
tanto reconozcámosle a él como Creador de todas las cosas. Dios es el
Dios Salvador y se reveló al hombre enviando a Jesús, su Hijo, Emanuel,
que quiere decir: Dios con nosotros. ¿Qué caso hizo la humanidad a esta
manifestación de Dios a los hombres? Jesús fue clavado en una cruz por
manos de hombres inicuos. Esto es más que un olvido: es el rechazo al
Hijo de Dios, don del amor del Padre para todos los hombres.
Quizás
hoy, en medio de su vida ajetreada, todavía olvida a Dios, pero si se
acerca a él por medio de Jesucristo, diciéndole que desea conocerle, él
le responderá y usted no lo olvidará más.
© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY