El manejo correcto de los conflictos
"Pon guarda en mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios. (Salmo141:3) Cuando surgen conflictos personales, a menudo nos apresuramos a defender nuestra posición, y quizás hasta nos sentimos justificados de culpar a otros. Pero en Santiago hallamos un buen consejo. "Por esto mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse." (San.1:19). Es decir, se puede lograr más con una actitud de calma ante la situación. La Biblia también nos dice: Orar. Lo primero que debemos hacer es pedirle al Señor que guarde nuestros labios y nos de las palabras que debemos decir. ("Porque no hay nada encubierto, que no haya que descubrirse; ni oculto que no haya de saberse". (Luc.12:2). Tamíén debemos pedirle que nos de discernimiento para saber cual es el verdadero problema, y para entender si el error es nuestro. Ver con la perspectiva divina.Nuestro Señor hace que todas las situaciones obren a favor del creyente: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados". (Rom. 8:28). Dios utiliza las dificultades no solo para enseñarnos, sino también que mostremos la vida de Cristo por la manera como respondemos. Perdonar. Aunque sea la otra persona la que nos haya herido al original el conflicto, debemos perdonarla. Jesús murió para perdonar nuestros pecados, y nosotros, a cambio de eso, debemos perdonar a los demás. Si no lo hacemos, nuestra vida se vera agobiada por el rencor y las relaciones destruidas. Responder. Si hemos hecho algo incorrecto, debemos disculparnos. Y si no actuamos mal, debemos agradecer que la otra persona nos haya compartido su inquietud. Asimismo, debemos decirle que apreciamos sus comentarios y que le prestaremos atención. ¿Como responde usted a los conflictos personales? Pidale a Dios que le de fortaleza para mantenerse tranquilo (a) y pata hacer lo correcto en situaciones difíciles.
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