EL CORAZÓN ES EL SEGUNDO CAMPO DE BATALLA
"Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida
(Prov.4:23)
Este campo de batalla es muy importante porque cuando se pierde la batalla en el corazón , se pierde la guerra. Las Escrituras nos enseñan que sobre todas las cosas debemos cuidar nuestro corazón, porque de él mana la vida. El corazón es el centro de nuestro ser y la condición de nuestro corazón determina lo que hacemos y lo que somos. Quien controla nuestro corazón controla toda nuestra vida, ya que todos los malos deseos, la mentira, la ira, coraje, venganza, desanimo, depresión, vicios. y toda otra cosa negativa sale del corazón. Pero.... Si hemos de tener victoria en nuestro corazón, debemos entender que las actitudes juegan un papel imprtante, por lo tanto examinemonos. Aun que no hagamos algo, pero si deseamos con el corazón es como si lo hcieramos. Bienaventurados los de limpio corazón. porque ellos verán a Dios (Mat.5:8) No solamente es importante que hagamos lo correcto, y que evitemos lo incorrecto, pero igualmente debemos cuidar nuestras actitudes hacia las cosas. No debemos ignorar las actitudes que tengamos, ya que podemos hacer la cosas correctas, pero con una actitud de conveniencia, resentimiento, orgullo, o por obligación. La Biblia nos exhorta a, hacer morir a nuestro viejo hombre. con sus tendencias pecaminosas. "Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado conjuntamente con él, para que el cuerpo del pecado (cuerpo del pecado significa la vida carnal, o la naturaleza del pecado) sea desruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo también viviremos con él, sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, ya no muere, la muerte ya no se enseñorea más con él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas, más en cuanto vive, para Dios vive. "Así también vosotros considerados muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro". (Rom.6:6-16) Esto nos debe llevar a un auto examen de nosotros mismos, y a la determinación de que el Espírtu de Dios cambie estas cosas a través de rendirnos a él. Las batallas no se ganan automaticamente, tú tienes que esforzarte, a dejar que el Espíritu Santo tome control de tu vida, y produzca el carácter de Cristo en tu vida. En oración reconoce tus pecados y por fe crucificalos en la cruz, y considerate muerto a esa área de tu vida. Escucha lo que Pablo dijo: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en fe del Hijo de Dios, el cual me amo y se entrego asi mismo por mí (Gala.2:20) Esta es la única manera de que puedes hacer morir las obras de la carne en tu carne. ¡En el nombre de Jesús debes hacerlo! Y así le harás saber a Satanás quien está en el control de tu vida.
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