Nuestro acercamiento a Dios
Carta a los Tesalonicenses: «No cesamos de dar gracias a Dios, pues al recibir la palabra de Dios que os anunciamos, la abrazasteis no como palabra de hombre, sino como lo que es en realidad: como Palabra de Dios, que sigue actuando en vosotros los creyentes» (1Tes 2,13).
Evangelio de Lucas: «La parábola significa esto: La semilla es el mensaje de Dios. 'Los de la vereda' son los que escuchan, pero luego viene el diablo y les quita la Palabra del corazón para que no crean y se salven. 'Los de las rocas' son los que, al escucharlo, reciben la Palabra con alegría, pero éstos no tienen raíces; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba desertan. 'Lo que cayó entre zarzas' son esos que escuchan, pero con los afanes y riquezas y placeres de la vida, poco a poco se ahogan y no maduran. 'Los de la tierra buena' son los que escuchan, guardan la Palabra en un corazón noble y generoso y dan fruto con su aguante» (Lc 8,11-15).
Carta de Santiago: «Llevad a la práctica la Palabra y no os inventéis razones para escuchar y nada más, pues quien escucha la Palabra y no la pone en práctica se parece a aquel que se miraba en el espejo la cara que Dios le dio y, apenas se miraba, daba media vuelta y se olvidaba de cómo era. En cambio, el que se concentra en la ley perfecta, la de los hombres libres, y es constante, no en oirla y olvidarse, sino en ponerla por obra, ése encontrará su felicidad en practicarla» (Sant 1,22-23).
Libro de Nehemías: «Llegado el mes séptimo todo el pueblo se congregó como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta del Agua. Dijeron al escriba Esdras que trajera el libro de la Ley de Moisés que Yahvéh había prescrito a Israel. Esdras trajo el libro a la asamblea, integrada por hombres, mujeres y todos los que tenía uso de razón. Era el día primero del mes séptimo. Leyó una parte en la plaza que está delante de la puerta del Agua, desde el amanecer hasta el mediodía, en presencia de los hombres, las mujeres y todos los que tenían uso de razón; y todo el pueblo estaba atento al libro de la Ley. Esdras, el escriba, estaba de pie sobre un estrado de madera levantado para esta ocasión. Esdras abrió el libro a los ojos de todo el pueblo y al abrirlo, el pueblo entero se puso en pie. . .. Y Esdras leyó en el libro de la Ley de Dios, aclarando e interpretando el sentido, de forma que comprendieron la lectura. Entonces Esdras, el sacerdote escriba y los levitas que enseñaban al pueblo, dijeron al pueblo entero: 'Hoy es un día consagrado a nuestro Dios. No hagáis duelo ni lloréis' (porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la Ley). Y añadieron: Andad y comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no
tiene nada preparado. Porque este día está consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza'. Por fin el pueblo se fue a comer y beber, a repartir alimentos y a organizar una gran fiesta, porque habían comprendido lo que les habían enseñado» (Ne 8,1-10).
Evangelio de Lucas: «Y dijo María: Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu Palabra»... «Isabel dijo a María: 'Bienaventurada tú la creyente', porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá» (Lc 1,38.45).
Subrayad algunos sentimientos y actitudes posibles frente a la Palabra.
- Corazón abierto frente a la Palabra.
- Disponibilidad real.
- Alegría.
- Respeto.
- Formalismo: acoger respetuosamente por fuera, pero sin docilidad interior.