Pentecostés: la bendición completa del
Espíritu
"Al cumplirse, pues, el día de Pentecostés,
estaban todos juntos en el
mismo lugar" Hechos 2:1.
"Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y
comenzaron todos en
diversas lenguas, según el Espíritu les daba por
expresarse" Hec. 2:4.
"Porque sé por vuestra oración y la
suministración del Espíritu de
Jesucristo, esto resultará en mi liberación"
Filipenses 1:19.
Disfrutar al Espíritu esencial de vida significa disfrutarlo
como gavilla
de las primicias, mientras que disfrutar al Espíritu
económico equivale
a disfrutar a Cristo como siega de una manera pública.
Algunos
quisieran tener la experiencia que tuvo María, quien se
encontró con el
la mañana de Su resurrección o por lo menos la que tuvieron
los
discípulos, quienes se reunieron con Él por la tarde. No
obstante todos
necesitamos disfrutar a Cristo de una manera plena como la
fiesta de la
siega.
El disfrute que tenemos de Cristo no podía ser completo sino
hasta
cuando Él, como Cabeza de la iglesia, se derramara como
Espíritu
económico de poder, al derramarse como como tal el día
de
Pentecostés, nuestro disfrute de Cristo llegó a ser
completo.
En Filipenses 1:19, Pablo habla de la abundante
suministración del Espíritu
de Jesucristo. La ministración que recibimos de Cristo como
primicia de la
siega es fresca, pero no abundante. Esto significa que el
pueblo de Dios
disfruto plenamente a Cristo sólo después de que Él se
derramó como
Espíritu económico de poder sobre el Cuerpo de Cristo. Desde
entonces,
nuestro disfrute de Cristo llegó a ser abundante podemos
recibir la
abundante suministración del Espíritu de Jesucristo, que es
la bendición
del evangelio.
Pastor Jaime
Batista
Cortes