LA DESESPERACIÓN DEL PECADOR
El
artista Washington Alson gastó más de doce años intentando pintar la
escena de la fiesta de Belsasar, y después dejó el trabajo sin
terminar. Se dice que la dificultad principal que el genio del artista
no pudo vencer, fue la desesperación del rey condenado. Muy bien pudo
ser así, porque la desesperación de un espíritu perdido, que
repentinamente estaba cara a cara con el juicio retributivo de Dios
escrito por una mano misteriosa de otro mundo. ¿Cuál artista puede
retratar esto en la expresión de un rostro humano?
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SE DICE DE LA SERPIENTE
Que su mordedura no es tan mala si hace poco que ha bebido, porque antes de beber se vacía de su veneno. Sería
bueno que arrojásemos toda nuestra malicia antes de elevar nuestras
oraciones a Dios, para que él pueda contestarlas, que en ocasiones él no
puede hacerlo porque el pecado limita su bondad, quizá este pecado sea
el enfado contra alguien a quien no hemos todavía perdonado.
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ALUSIONES DEMACIADO PERSONALES
El
editor de un periódico semanario necesitaba material para llenar unas
columnas y, como no tenía otro por el momento, mandó que sin comentario
alguno insertaran el Decálogo. Tres días después el editor recibió una
carta de uno de los lectores de dicho seminario, y en ella decía: “Favor
de cancelar mi subscripción porque su editorial es demasiado personal
en contra mía”.
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CONFESION
Pequé, Señor, y debo revelarte Con amargura de alma, mi osadía, Me abruma mi pecado noche y día, Y pruebas de pesar quisiera darte. Ninguna excusa puedo presentarte Pues por demás tu Ley yo conocía, Y en lo íntimo del alma bien sabía Que mi pecar habría de enojarte. Más, ¡oh, Señor! Mi natural humano A veces, por el mal, ganado advierto: Y al espíritu vence la materia. Que siempre, Padre, sobre mí tu mano, Al conducirme por camino cierto, Muéstreme del pecado la miseria.
(( De la Red))
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