Un Invitado Imprescindible
"Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos"
(Juan 2:2).
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Un pequeño niño, al regresar de la Escuela Bíblica, cuenta
al padre que en la clase la maestra habló sobre una ocasión
en que Jesus estuvo en una fiesta de casamiento y transformó
la agua en vino. "¿Y lo qué usted aprendió de la historia?"
preguntó su padre. Pensando por un instante, el niño
contestó: "Si alguien anhela casarse, debe asegurarse de
que Jesus estea presente."
El niño de nuestra ilustración dio la respuesta correcta. Y
no es apenas en el casamiento, pero en toda y cualquier
circunstancia en que estemos envueltos, necesitamos invitar
Jesus para estar presente.
Muchas veces, antes de perder la visión, cuando ejercía mí
ministerio junto a personas en varias localidades, me
preguntaban: "Me invitaron a ir a tal lugar. ¿El señor halla
qué yo puedo ir?" Mi respuesta era siempre la misma: "¿Jesus
puedo ir con usted a este lugar? Si la respuesta es sí, vaya
sin preocupación. Si Él no puede ir, no vaya. Usted nada
tiene a ganar yendo allá y aún podrá perder mucha cosa,
principalmente con relación a su vida espiritual."
Cuando Jesus está en nuestra casa, la paz reina mismo
delante de los problemas. Cuando Él está con nosotros en el
trabajo, relacionamonos bien con todos y la simpatía y el
buen-humor son nuestras características principales. Cuando
nos acompaña a la Escuela o Facultad, conquistamos la
amistad de todos y el nuestro aprovechamiento en los
estudios es bien mejor. Así como transformó agua en vino en
la Boda de Caná, transformará las nuestras dificultades en
momentos regalados de refrigerio y bendiciones.
se asegure siempre de que Jesus esté en todos los lugares
donde usted suel quedarse o ir.
Paulo Barbosa