Un Arma Poderosa
"La oración eficaz del justo puede mucho" (Santiago 5:16).
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"La mayor preocupación del demonio es alejar los cristianos
de la oración. Él no teme los estudios, ni el trabajo y ni
la religión de aquéllos que no oran. Él se ríe de nuestra
labuta, zomba de nuestra sabiduría, pero tiembla cuando
nosotros oramos." (Samuel Chadwick) "El hombre que moviliza
la iglesia cristiana para orar estará dando la mayor
contribución para la historia de la evangelización del
mundo." (Andrew Murray) "Yo preferiría enseñar a un hombre a
orar, que diez hombres a predicar." (Charles Spurgeon)
¿Tenemos nosotros utilizado eficazmente esta arma poderosa
que el Señor nos dio para enfrentar las astutas celadas del
demonio? ¿Hemos comprendido que en la fuerza de Cristo
podremos sobrepasar los obstáculos que surgen delante de
nosotros con el propósito de impedir que alcancemos las
bendiciones que el Señor ha previsto para nosotros?
Cuando colocamos todo cuanto hacemos en el altar de Dios en
oración estamos le diciendo que dependemos de él para todo y
que nada queremos que no tenga su bendición. Cuando buscamos
la realización de nuestros sueños e ideales sin oración,
dejamos claro para Él que pretendemos alcanzar la victoria
por nuestra propia capacidad y que no esperamos Su
intervención.
¿Qué nos parece mejor: comenzar la caminata pidiendo a Dios
que siga con nosotros y nos sostenga firmemente o ir
enfrente sin Su compañía y, en el primer tropezón clamar
para que levantenos?
La oración vale más que el esfuerzo de muchos días. Ella
tiene más poder para salvar el incrédulo de lo que una hora
de sermón. Es la luz que alumbra la iglesia y a capacita
para transformar el mundo.
¿La oración ha sido prioridad en su vida cristiana?
Paulo Barbosa