Un Camino de Integridad
"Bienaventurados los perfectos de camino, Los que andan en
la ley del Señor"
(Salmos 119:1).
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Un predicador, en una determinada iglesia, presentó a los
oyentes un sermón eloquente basado en el versículo "No
hurtarás". La palabra fue penetrante y todos que allí
estaban salieron conscientes de que necesitaban ser íntegros
en todas las circunstancias. En la misma semana, aquel
predicador embarcó en un autobús y entregó una nota al
conductor para pagar su billete. Conferiendo lo cambio,
constató que había recibido 25 centavos más. Sin titubear,
volvió al conductor y habló: "Amigo, sin querer usted me dio
cambio de más." "No ha sido sin querer," contestó el
conductor. "Yo hice eso adrede para ver lo que haría. Estuve
en su iglesia al final de semana, por la noche, y pregunté a
mí mismo si usted practicaba lo que predicaba. Coloqué un
propósito en mi mente de regresar a la iglesia otras veces
si usted devolviese los 25 centavos."
¿hasta que punto nos preocupamos en mostrar, en nuestras
atitudes,a integridad de una vida transformada por el
Espíritu de Dios? ¿nos hemos concientizado de que todo lo qué
hacemos está siendo observado por los otros y que, podemos
ser una fuente de bendiciones o un charco de maldición?
¿De que sirve yo hablar que leí en la Biblia que el
demonio es el padre del embuste, si continuo engañando y
mintiendo en mí día a día? ¿De que sirve yo predicar que
Dios es amor si continuo con contienda contra mi próximo?
¿Que provecho espiritual yo tendré si predicar cosas lindas
con respecto a Cristo y continuar viviendo de forma
contraria a sus enseñanzas?
Necesitamos celar por el cumplimiento de la palabra
empeñada. No debemos decepcionar a aquellos con quien nos
comprometemos. Debemos ser ejemplos para todo aquello que
proclamamos. Al final, ¿que diferencia habría entre un
cristiano auténtico y un incrédulo escarnecedor si nuestras
actitudes fuesen semejantes a de ellos?
¿Sus amigos son bendecidos por su forma de vivir?
Paulo Barbosa
Un ciego en el Internet