Errando La Mira
"Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los gobernadores de
las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes"
(Efésios 6:12).
Durante la guerra, un oficial de artillería apuntó su arma
con grande precisión contra un grupo de hombres colocados en
la floresta, bien a su izquierda. Cuando el comandante
levantó el su binóculo, ajustándolo para la dirección del
disparo, dijo a su comandado: "Buena puntería, capitán, pero
no eche más. Aquéllos son nuestros compañeros del trigésimo
nono pelotón."
Ese grave error es repetido, acongojadamente, con mucha
frecuencia en el ejército del Señor. Muchas veces, las armas
de fuego espirituales que podrían ser usadas para derribar
las alcázares de Satanás, son desviadas y apuntadas contra
hermanos cristianos.
Un de los grandes trucos del demonio para regimentar los
soldados de Cristo a fin de hacerlos destruir a sí mismos es
el juicio. Es muy común ver cristianos buscando encontrar
errores en la vida de otros hermanos. Unos vigian la hora en
que los demás llegan a la iglesia, otros reparan en el tipo
de vestimenta de los hermanos y hermanas. Algunos se fijan
si el vecino dio o no una oferta y otros están allá apenas
para criticar la alabanza y la palabra del predicador.
El Señor nos salvó y nos reclutó para ser, como dice un
antiguo himno, "un de los tales." Y para que seamos una
bendición en Sus manos, necesitamos estar atentos
espiritualmente para no errar la mira. No fuimos llamados
para encontrar errores en los hermanos y sí para
bendecirlos. Es claro que no debemos concordar con errores,
pero no tenemos el derecho de hacer cualquier juicio.
Debemos orar por aquéllos que no dan un buen testimonio y
buscar ayudarlos para que la luz del Señor también brille en
sus vidas. Cuando criticamos los hermanos, estamos, sin lo
percibir, haciendo el juego de Satanás y, al mismo tiempo,
derribando a ellos y a nosotros también.
Siga las instrucciones del Comandante Jesus y usted no
errará la mira.
Paulo Barbosa
Un ciego en el Internet