Fuente Preciosa de Bendiciones
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra
ti" (Salmos 119:11).
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"¿Frecuenta regularmente la Escuela Bíblica?" preguntó el
pastor al pequeño Josué. "Sí, señor,"contestó el niño. "¿Y
usted sabe lo que tiene en su Biblia?" "Sí, Señor, yo sé."
"¿Y usted podería decirme?" "Desde luego, puedo decir todo
que está allá." "Entonces digame, Josué," continuó el
pastor. Éste, sin ningún embarazo, comenzó: "La fotografía
del enamorado de mi hermana, una receta de la mamá para
sacarse crema de la leche, una gafa del cabello de la vovó,
y todos los documentos de lo seguro."
¿Cuál la finalidad de nuestra Biblia? ¿Ha sido usada apenas
para aderezar un móvil de la sala? ¿Ha estado empolvada en
un local cualquiera de nuestra estante o cajón? ¿Está, como
la Biblia del pequeño Josué, de nuestra historieta, siendo
usada para guardar bártulos? ¿O tiene, como una fuente de
sabiduría y bendiciones, suministrado subsidios para la
edificación de nuestras vidas espirituales?
Muchas veces compramos una Biblia apenas para cargar en las
manos y mostrar, con eso, que somos cristianos. A veces a
leemos para sacar un texto que decoraremos y usaremos en una
reunión cualquiera donde estaremos presentes y seremos
llamados a "citar un texto bíblico". En otras ocasiones a
usamos para buscar una base que justifique nuestros errores
e indiferencia para con Dios: "¡Fulano también mintió!"
"¡Mengano negó Jesus!" "¡Otro cometió adulterio!" Apenas se
olvidan de citar que éstos reconocieron el pecado, lloraron
delante de Dios pidiendo perdón y fueron transformados para
la gloria del Señor.
La Palabra de Dios es preciosa y a través de ella aprendemos
a comprender la voluntad del Padre, a colocar la vida
delante de Suyo altar y a construir el camino de nuestra
felicidad. Cuando a buscamos con un profundo deseo de
obedecer a Dios, nuestra fe es fortalecida, la paz nos
envuelve y el amor del Señor enciende a llama que alumbrará
nuestros pasos en dirección a la vida eterna.
La Biblia no es un lugar para que coloquemos cosas y sí para
que retiremos el combustible para una vida plena y bendita.
Paulo Barbosa
Un ciego en el Internet