Probadme, Dice Dios
"Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi
casa; y probadme ahora en esto, dice el Señor de los
ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y
derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde"
(Malaquías 3:10).
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En una reunión de la iglesia, un hombre muy rico se levantó
y pidió para contar a los demás presentes algo sobre su fe
cristiana. "Soy un millonario," él dijo, "y toda mía riqueza
es fruto de las grandes bendiciones de Dios sobre mía vida.
Recuerdo que el punto decisivo de mi fe aconteció cuando
gané mi primer dólar. Fui aquella noche a la reunión de la
iglesia y el predicador era un misionero que hablaba sobre
su trabajo. Sabía que solo tenía una nota de un dólar. O
daba todo para la obra de Dios o no daba nada. En aquella
noche yo resolví dar todo lo que tenía y sé que Dios
santificó aquella decisión y es por eso que hoy yo soy un
hombre rico." Encerró su palabra y había un reverente
silencio mientras él se dirigía a su silla. En cuanto si
sentó, una señora, ya de edad, que estaba sentada en la
misma fila, se combó en su dirección y habló: "Yo desafío
usted a hacer el mismo, otra vez."
¿Hasta que punto estamos firmes y confiantes en las promesas
y en el poder de nuestro Dios? ¿Limitamonos a vivir de una
experiencia de la pasado o continuamos, diariamente,
"haciendo prueba de Dios?"
¿Será que hemos tenido el coraje de aceptar los desafíos que
la fe nos impone? ¿Hemos estado prestos a continuación
enfrente, confiantes, mismo cuando juzgamos no haber
esperanzas de éxito?
Dios nos prometió abrir las ventanas de los Cielos y Su
poder no está limitado exclusivamente a dinero. Quiere
darnos más que eso, quiere rellenar los vacíos que
impiden nuestra felicidad.
Si usted ya experimentó una porción de la bendición de Dios
en alguna decisión tomada en la pasado, la repita, la viva
nuevamente, su fe será fortalecida y su alegría renovada.
Paulo Barbosa
Un ciego en el Internet