Haga su Reserva
"Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado
para vosotros desde la fundación del mundo"
(Mateo 25:34).
* * * * * * *
Algunos años atrás, un grupo de turistas que había viajado
junto, llegó a Inglaterra. Luego buscaron el hotel donde
pretendían si albergar. Llegando allá, se quedaron sabiendo
que no había vacantes y que el hotel estaría lleno aún por
muchos días. Sin otra alternativa, resolveran salir y buscar
acomodación en nuevo local. Una de las señoras que llegó con
el grupo, empezó a despedirse de los demás diciendo que se
quedaría allí mismo. Los compañeros, con sorpresa, le
preguntaron: "¿Cómo usted pretende conseguir una vacante?
Oímos que no hay ninguna disponible." "OH," ella contestó,
"telefoneé con bastante antecedencia e hice mi reserva. Mi
cuarto está asegurado."
Cuando abrimos nuestro corazón para Dios y, a través de
Cristo, enviamos nuestro nombre para ser colocado en el
Libro de la Vida, las puertas del cielo jamás estarán
cerradas para nosotros.
¿Tenemos hallado, como algunos, que Dios es un asunto para
pensar cuándo estemos viejos o cerca de la muerte?
¿Creemos, verdaderamente, que la juventud debe ser
aprovechada con todo el libertad que, con el Señor, sería
difícil de disfrutar? ¿Y lo que haremos si la falsa alegría
del mundo acabar en un momento que no podamos más abrir el
corazón para Cristo?
Toda la felicidad del mundo está a nuestra disposición y el
regocijo de una eternidad con Dios también. Basta apenas que
ofrezcamos la vida, con antecedencia, para el Señor y
Salvador Jesus Cristo.
se asegure. Es una sabia precaución. Todo estará presto para
usted y, cuando su jornada aquí en la tierra terminar, usted
ascenderá con los ángeles para heredar el reino que le fue
listo.
¿Usted Hará la reserva o se arriesgará a encontrar la puerta
cerrada?
Paulo Barbosa
Un ciego en el Internet