Una Bendición En las Manos De Dios
"y serás bendición"
(Génesis 12:2).
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William Booth, fundador del Ejército de la Salvación, dijo:
"Mientras mujeres estén llorando, como hacen ahora, yo
lucharé; mientras existan niños hambrientos, yo lucharé;
mientras hombres van para la prisión, yo lucharé; mientras
haya un borracho abandonado, una niña pobre perdida en las
calles, un alma en tiniebla, sin la luz de Dios, yo ¡iré a
luchar! Lucharé para que eso todo tenga fin."
¿Cuáles han sido los principales motivos de nuestras vidas?
¿Hemos gastado todo el tiempo apenas preocupados con nuestro
bienestar e intereses personales o comprendemos que, como
cristianos, debemos también extender las manos para bendecir
el nuestro próximo?
Cuando aplicamos todos nuestros esfuerzos simplemente en la
tarea de edificar los castillos de nuestros sueños,
correremos el riesgo de, al terminar la obra, percibir qué
la felicidad que juzgábamos conquistar no será completa.
Cuando trabajamos solamente por nuestros ideales y
alcanzamos la victoria, el nuestro corazón se llena de goce.
Cuando luchamos y conseguimos vencer una batalla en favor de
una persona necesitada, no apenas nuestro corazón si alegra,
pero nuestra alma desborda de grande júbilo.
Nuestro país enfrenta momentos de grande aflicción debido a
la violencia, corrupción, pérdida de valores moráis y éticos
y mala distribución de renta. El mayor causador de todo eso
es la pobreza espiritual en que estamos envueltos. La
vanidad domeña algunos, el orgullo otros, la falta de amor
está evidente en casi todas las situaciones. ¿Y lo qué hemos
hecho? ¿Hemos extendido la mano cuándo eso es posible?
¿Hemos orado para que la luz de Cristo acabe con las
tiniebla? ¿Hemos hecho la nuestra parte, aun cuando ésta sea
mucho pequeña delante del gigante a nuestra frente o
continuamos indiferentes y pensando apenas en nosotros
mismos?
La batalla es grande, pero en la fuerza y poder de Dios
podremos transformar el mundo.
Paulo Barbosa
Un ciego en el Internet