"¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los
vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño?
¿Quién afirmó todos los términos de la tierra?"
(Provérbios30:4
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¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?
Años atrás un oficial naval estaba con su esposa a bordo de
un barco que enfrentaba una furiosa tempestad. Percibiendo
el pavor en los ojos de su esposa, el marinero de todas las
formas intentó sosegarla, sin éxito en su propósito. La
mujer, agarrando el brazo del esposo y, llorando mucho,
preguntó: "¿Como usted puede ponerse tan calmado delante de
una tormenta como esta?" Sacando su cuchillo de la cintura y
apuntando para ella, él preguntó: "¿tiene usted miedo?" Sin
titubear un momento siquiera ella contestó: "¡Claro qué no!"
"¿Y por qué no? tornó él a preguntar. "Porque yo sé que el
cuchillo está en la mano de mi esposo, que me ama, Entonces él le dijo: "se recuerde que yo sé en
quien et creído, y Él es aquél que agarra los vientos en
su puño y amarra las aguas en su manto.
Muchas veces, al enfrentemos una situación difícil,
nos dejamos llevar por la incertidumbre y por el temor.
Creemos que no somos capaces de superar aquellos momentos y
el miedo de luchar nos acarrea rápidamente a la derrota.
Pero, ¿en que estamos depositando nuestra fe? ¿En nuestra
propia fuerza, o en el poder de Dios en quién confiamos?
El Señor tiene prometidonos: "Yo te ayudo;" "Yo te
sostengo." ¿De qué yo debo tener miedo? ¿por qué continuaré
dudando? Si mi corazón abrió las puertas para el Señor
entrar, mismo delante de una adversidad tremenda, estaré en
paz en la certeza de que "la victoria es mía en el nombre de
Jesus."
¿Usted aún tiene miedo? Descanse en los brazos del Señor.
Paulo Barbosa
Un ciego en el Internet