"Bienaventurado el hombre
que tiene su fortaleza en ti...
atravezando el valle de Baca,
ponenle por fuente."
Salmos 84:5,6
El consuelo no entra en el corazón alegre y jovial. Tenemos que descender a las "PROFUNDIDADES"
si queremos experimentar este valioso don de Dios el consuelo y estar preparados de esta manera para ser cooperadores con El.
Cuando
la noche cubre el jardín de nuestras almas, cuando las hojas se viertan
y las flores dejan de recibir dentro de sus pétalos la luz del sol,
allí nunca ha de faltar aún en la oscuridad más densa, gostas de rocío
celestial, rocío que solamente desciende cuando el sol ha desaparecido.
Manantiales en el desierto.
Dios les bendiga, proteja hoy y siempre.
Marthita Torres