27 de octubre de 2009.- Estamos a finales de octubre. Pero las temperaturas son muy altas. Ayer se bañaba gente en Valencia. A lo largo del año se repiten los episodios de contrastes fortísimos de día en día: unos días nos helamos y los siguientes tenemos que buscar ropa de verano.
En la presente situación de cambio climático, el Polo Norte está mucho más caliente de lo que estaba hace 50 años. Tenemos imágenes de barcos navegando entre los hielos y sabemos a ciencia cierta que ese calentamiento es real.
Un Polo Norte más caliente genera un desplazamiento hacia el norte del chorro polar. El tiempo suave, sin variaciones bruscas, ocurre cuando ese chorro de aire, que circula a 10 km de altura, se centra sobre la península, y para ello se precisa un Polo bastante frío.
En la situación actual, el chorro está encima de Inglaterra, y en España sólo entran sus meandros cuando son grandes. Ahora bien, los grandes meandros implican invasiones bruscas de aire polar o de aire del Atlántico tropical. Lluvias torrenciales o sequías prolongadas con evaporación intensa.
De momento, la situación es incómoda pero asumible. Pero si superamos las 350 partes por millón (ppm) y los 2ºC de subida de la temperatura media global, la situación sería de meses enteros sin lluvia intercalados por episodios muy violentos de precipitación. Pero estos episodios no mojan el suelo ni llenan los pantanos. El agua en el suelo funciona de la misma manera que en una esponja: la esponja sólo se moja si lo hace despacio, y sólo hay agua en los ríos si la esponja esta empapada.
Podemos detener el cambio climático. Hacerlo así nos trae riqueza de verdad, repartida en forma de puestos de trabajo. Pero los ciudadanos, y los políticos que no son más que cámara de resonancia nuestra, dejamos pasar ese problema. La miopía es más fuerte que la razón. Sabemos que tenemos que detener la carrera hacia el abismo, pero siempre decimos, como el tópico mejicano, "Mañana".
Podemos aislar las casas, y ahorrar en calefacción y aire acondicionado. Podemos utilizar coches de etanol y biodiesel. Podemos comprar híbridos. En el libro de Cayetano Gutierrez, 'La actuación frente al cambio climático' hay cientos de consejos para ahorrar dinero y frenar el cambio.
En fin, mis mensajes insisten una y otra vez en avisar de la realidad. Los arbitristas de la España barroca no se cansaban de avisar que España iba camino de la miseria absoluta. Se cumplieron todas sus predicciones, a pesar de ser acusados de apocalípticos, y de que habrían sido acusados de maltusianos si hubiesen vivido después de Malthus. Pero acertaron aunque nadie les hizo caso.
¿Aceptaremos la realidad, alguna vez?
Articulo del diario El Mundo.