No es habitual ver nevar en Sevilla. Cuando comenzaron a caer los
primeros copos en la capital andaluza el pasado domingo, los más viejos
del lugar recordaban que no ocurría algo así desde que cuajara la nieve
sobre las calles sevillanas en 1954. Después de pasar un otoño «muy cálido y seco», según
recuerdan desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el invierno
ha llegado de forma abrupta y ha pulverizado algunos récords de nevadas
y de temperaturas mínimas que no se movían desde hacía varias décadas.
Entre el mes de diciembre y lo que llevamos de enero ha nevado en
Madrid cinco veces y la nieve ha cuajado tres de ellas. «Estas cifras
igualan los récords de días de nevadas del temporal del año 1996 y, cuando termine el mes, posiblemente tendremos que acudir al año 1970 para encontrar nevadas como las de este invierno»,
asegura el jefe de Aplicaciones Meteorológicas de Aemet, Antonio
Mestre. Además de en Madrid, también se han batido los récords
históricos de días de nevadas durante el mes de diciembre en ciudades
como Lugo, Oviedo, Santander o San Sebastián.
El 20 de diciembre, pocos días después de que las terrazas de Madrid
y Valencia estuvieran abarrotadas de gente tomando el aperitivo al sol,
se machacaban los registros de temperaturas mínimas durante el mes de
diciembre en Burgos (con 17 grados bajo cero) o en Gerona (con -9,4ºC),
pero también en lugares cálidos del sur de España como Huelva (con 2,2 grados negativos) o Palma de Mallorca, donde se midieron -3,1ºC.
Un invierno con muchas precipitaciones
Sin embargo, no son las bajas temperaturas las que harán que se
recuerde el invierno de 2010 en los anales meteorológicos. «Aunque durante la madrugada del 9 al 10 de enero se alcanzaron los -16,7ºC en el aeropuerto de Vitoria o
los 18 grados bajo cero en Alto Campoo, en enero es muy difícil batir
los récords de temperaturas mínimas porque hay registros muy bajos,
como los -28ºC en Molina de Aragón en 1952 o los -32ºC en Pirineos en
1956», recuerda Antonio Mestre.
Lo extraordinario de este invierno es lo lluvioso que está siendo
hasta ahora (la nieve también se contabiliza como precipitación). De
hecho, ha sido el mes de diciembre más húmedo desde que se tienen
registros en varias ciudades como Burgos, Albacete o Jaén.
Esta abundancia de precipitaciones y la llegada de un frente polar
que entra en España directamente desde el norte han provocado el gran
número de nevadas que se han producido estos días invernales. «Desde el
día 10 de diciembre ha habido una sucesión de borrascas y de entradas de aire frío del norte,
y lo mismo ha sucedido en enero», explica Fermín Elizaga, portavoz de
Aemet. «No podemos decir que se trata de transiciones infrecuentes, lo
que sí resulta infrecuente es la cota de nieve tan baja que ha habido
en Andalucía occidental», señala.
No tiene que ver con el cambio climático
El director del Programa de Análisis del Cambio Climático de Aemet,
Luis Balairón, explica de forma muy gráfica los fenómenos que han
provocado la abundancia de nevadas. «Es el resultado de una serie de coincidencias muy poco frecuentes,
como que cuatro conductores cometan un error a la vez en la misma
rotonda y choquen. Puede pasar, pero no es lo habitual», dice Balairón.
El propio climatólogo asegura que este tipo de fenómenos singulares no contribuyen a probar el cambio climático ni tampoco a contradecirlo.
El régimen de lluvias en España está dominado en un 80% por un fenómeno
climático conocido como la Oscilación del Atlántico Norte. En una
situación normal de este fenómeno las lluvias no siempre entran en la
península. Pero cuando se invierte, entran, no sólo por Galicia, sino
también por el Golfo de Cádiz, por lo que se producen muchas más
precipitaciones. «Y ésa es precisamente la situación que estamos
viviendo junto con un frente frío que viene directamente del Polo Norte
y que hace que las precipitaciones sean en forma de nieve», explica
Balairón.
Articulo del diario El Mundo.
Feliz dia