MIGUEL ÁNGEL AUTERO | SANTA CRUZ DE TENERIFE
-¿Cómo surge el proyecto de elaborar un modelo específico de predicción del clima en Canarias?
-Nace
a raiz de la creación de la Red de Energía, Agua y Medio Ambiente de la
Univeridad de La Laguna (ULL) gracias a una iniciativa del Instituto
Tecnológico de Canarias (ITER) para poner en común investigaciones de
colegas, de científicos, de equipos que trabajan e investigan en
distintas áreas para hacer estudios más amplios con el aporte de todos.
La Red nace con diferentes proyectos relacionados con el agua, las
energías renovables y el cambio climático. La idea es abordar los
problemas desde un punto de vista multidisciplinar. En nuestro proyecto
trabajan investigadores de enfermedades tropicales, físicos, ecólogos,
geógrafos, químicos, entre otros.
-¿En qué consiste el estudio?
-Se
trata de caracterizar el clima en Canarias; hacer una proyección en el
futuro del clima; saber lo que podría pasar de aquí a final de siglo y
ver qué aspectos podría tener sobre ecosistemas o la salud humana. Para
poder llevar a cabo la caracterización del clima hay que ir hacia atrás
en la historia, tanto como sea posible, para estudiar las estaciones
con datos recopilados científicamente y esto nos lleva a mediados del
siglo XX. Pero hay que complementar estos datos con otras fuentes para
estudiar cómo se ha comportado el clima desde antiguo y eso nos lleva,
ante la falta de datos científicos sobre las estaciones, a utilizar
estimaciones a través de registros documentales, cruzando fuentes de
información para trazar una línea en el tiempo y registrar lluvias,
sequías... Pero nos interesa ir lo más atrás posible y se contará con
estudios de paleoclimatología.
-¿Todo esto nos llevará a saber
qué tipo de clima se dará en Canarias dentro de cien años? Supongo que
ha de ser mucho más complejo; entrarán en liza variables que antes no
se daban como los efectos del cambio climático, oscilaciones térmicas,
pluviales...
-Para estimar lo que pasará en el clima en el
futuro nos basamos en modelos climáticos globales, a nivel sinóptico,
sobre lo que puede pasar en el futuro. Con esos modelos hacemos
simulaciones que son muy complejas. Estos modelos globales de análisis
dividen al planeta en una malla o rejilla tridimensional en el que
están las magnitudes de latitud y longitud además de las de altura y
profundidad. Esta rejilla nos da una serie de parámetros con los que
podemos resolver las ecuaciones de los procesos físicos y biológicos
que se producen en el planeta. Sin embargo, esta rejilla tiene una
resolución muy baja para un estudio climático regional en Canarias, por
lo que debemos ampliar la resolución, al menos, unas veinte veces. A
nivel global se trabaja con rejillas de unos 100 kilómetros cuadrados,
lo que no es válido para Canarias pues sólo podríamos tomar una, dos, o
a lo sumo, tres puntos de referencia. Lo ideal sería para una
regionalización de Canarias una rejilla de cinco kilómetros cuadrados
como máximo.
-Y ¿Luego?
-Hay dos maneras de obtener datos
para proyectar el clima en el futuro: con datos estadísticos de las
estaciones que ya conocemos y utilizar la estadística con las variables
locales sobre lluvias, vientos, frecuencia de tormentas y demás, y
compararlos con parámetros sinópticos, a escala global. En Canarias
esto ya se ha hecho a través de la Aemet pero el problema radica en que
los parámetros pueden ser válidos en las condiciones climáticas
actuales pero si en el futuro éstas cambian, los datos no valen; el
otro método es utilizar modelos atmosféricos u oceánicos que predicen
el tiempo que va a darse en 24 ó 48 horas. Para nuestro proyecto vamos
a utilizar los mismos modelos para simular el entorno en Canarias pero
en lugar de predecir lo que va a ocurrir mañana o pasado, vamos a tomar
modelos que predicen lo que va a ocurrir dentro de 50 años. Esto se ha
hecho en Estados Unidos o Europa, lo que ocurre es que hay un problema
con Canarias por su situación geográfica ya que o bien esos modelos
Canarias no aparece o lo hace en el borde de la rejilla que antes
hablábamos, algo que a nosotros no nos vale porque hay muchos fenómenos
que se dan en las Islas que se deben a nuestra orografía: el norte de
las Islas no es igual al sur.
-¿El tiempo está variando tanto como para decir que nunca se ha visto llover tanto, que nunca ha habido tantas tormentas juntas?
-Precisamente
es eso a lo que queremos responder. No nos podemos basar en impresiones
sino en datos científicos registrados desde que tenemos estaciones y
cruzando fuentes. La memoria es selectiva y esto es tan real como que
este pasado mes de febrero hemos tenido cuatro tormentas y no nos
acordamos de que en febrero del año pasado se registraron doce... Se
han producido cambios como el hecho de que hoy en día hay más acceso a
los medios de comunicación, cosa que hace 40 ó 50 años no sucedía: la
televisión nos ofrece imágenes casi al instante; tenemos equipos más
modernos para registrar datos; ahora existen protocolos de emergencias
que valoran el riesgo de estos fenómenos y antes no había... Pero
también se dan diversos factores que, juntos, pueden producir fenómenos
distintos. Por ejemplo, ahora el índice de oscilación del Atlántico es
negativo, lo que hace que las tormentas se rueden al sur, que tengamos
un poco más de calor mientras que en el norte de Europa hay más frío
del habitual. Pero esto no es lo único que nos afecta porque tenemos
análisis de este año mismo que revelan que la temperatura superficial
del mar entorno a Canarias ha subido dos grados respecto al año pasado.
Son un cúmulo de circunstancias que conforman un sistema complejo de
variables.
-Imagino que este tipo de estudios pretenden no sólo
dar respuesta a cuestiones medioambientales sino también a incógnitas
sobre el futuro económico de una zona?
-Hay una relación
directa e inversa. Por un lado, el clima depende de cómo cambiemos
nuestro modelo, de hecho cuando se lanzan los modelos climáticos se
hace atendiendo a distintos escenarios. Es decir, cuando introducimos
datos en el ordenador para crear la simulación, debemos aplicar
distintas variables como la estimación en la concentración de gases de
efecto invernadero en el futuro. Y a este respecto hay muchas
incertidumbres como la proyección de crecimiento de países emergentes
como China o India. ¿Los países desarrollados seguirán contaminando
como hasta ahora, lo harán más o será menos? Hay muchos aspectos que
influyen. Ahora se habla de que en la Península dentro de unos años
subirán las temperaturas y lloverá menos por el Levante. Y esto tiene
efectos económicos claros porque ¿qué pasará con los cultivos de la
huerta valenciana? Incluso, en Galicia se estima que llueva aún más
pero que la temperatura aumente también por lo que nos podríamos
encontrar con que Galicia es la nueva huerta de España. Hay bodegueros
que están comprando tierras en zonas más al norte y a más altura en
previsión de estos cambios.
-¿Y a Canarias cómo le afectaría?
-Pues
de forma muy importante. Por ejemplo en el turismo. Todo depende de los
resultados pero si hay una subida de las temperaturas, habrá gente a la
que a lo mejor, no le apetece viajar a un destino en el que vaya a
hacer mucho más calor que ahora o, simplemente, no sienten la necesidad
de salir de su país en busca de sol si las temperaturas allí han subido
y no hace tanto frío. Lo que ocurre es que a veces se confunden
variaciones con el efecto del cambio climático. Por ejemplo, el mar de
nubes puede cambiar de altura o de frecuencia, y esto es vital para los
ecosistemas del norte de las Islas. Todo esto tiene implicaciones en la
sociedad, no sólo a nivel económico. Expertos en enfermedades
tropicales forman parte del proyecto para analizar la posibilidad de
que puedan empezar a darse enfermedades que hoy por hoy son propias de
otras latitudes. ¿Qué patógenos pueden llegar a las Islas según se
muevan las masas de aire o cambie la temperatura? Y esto es importante
tanto para la salud humana como para nuestras especies vegetales.