BOLETINES DE BUENA VOLUNTAD--
OPINIONES DE UNAS PERSONAS QUE TIENEN EL DEFECTO
Cuando hice mi Quinto Paso y me dijeron que uno de mis defectos de carácter es la lujuria, no pude, de momento, entender por qué mi instinto sexual está desviado y de qué modo me había hecho daño a mí misma y a otros. Fue necesario volver a trabajar mi historial varias veces, poner mente receptiva en las juntas y mente alerta con mis actitudes, pensamientos y sentimientos. Fue así como poco a poco fui descubriendo, por ejemplo, que la lujuria ha estado estrechamente ligada a la dependencia emocional que siento hacia algunas personas y que esto me impide disfrutar del sexo de manera normal. Ha sido muy importante para mí encontrar un grupo de personas dispuestas a escucharme y compartir conmigo sus experiencias respecto al sexo (las positivas y las negativas) sin egoísmo y con el respeto que sólo he encontrado en N.A. Mis sentimientos de culpa, las sensaciones de pecado y suciedad, los temores al castigo, a la crítica y todos esos fantasmas han desaparecido. He aprendido que mi cuerpo y mi instinto sexual son parte de mi vida, creación de un Poder Superior, que puedo disfrutar de él con tranquilidad y libertad. Los compañeros me han enseñado que en el sexo no hay nada “bueno” ni nada “malo”, que todo depende de cómo me siento. En este sentido, he tenido experiencias muy bellas dentro del grupo.
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Quienes tenemos la lujuria podemos decir que nos causa gran malestar. Lo que yo entiendo por lujuria está muy ligado con una mezcla de placer con sufrimiento, que no puedo controlar a pesar de que en muchas ocasiones me lo he propuesto. Este defecto provoca en mí deseos que mi intelecto no considera correctos pero el instinto me ordena hacerlo, causando el malestar y a la vez el placer aparente.
Al integrarme como miembro de N.A., me he dado cuenta que con mucha facilidad confundí el amor con el sexo y que en realidad, no siempre el sexo fue satisfactorio. Al tener el instinto sexual funcionando de manera anormal, sentía deseos de tener relaciones sexuales con cualquier persona, incluyendo a mi suegra. También recuerdo cómo mi vista se desviaba a determinadas partes del cuerpo de las mujeres, con angustia de que se dieran cuenta y pensaran que soy un “libidinoso”, cosa que yo no me permitía. Este defecto me orilla a desear o tener relaciones sexuales sin importarme lugar ni horario (cines, autos, la calle y una vez casi tuve una relación en un camión de pasajeros lleno de gente). A veces no respeto ni mi lugar de trabajo, he tratado de practicar chantajes sexuales con personas subordinadas; no me importa si acabo de conocer a alguien, hasta personas de mi familia me han “movido”, haciéndome sentir muy culpable. Ahora veo que la lujuria no es agradable, contra lo que pudiera pensarse, pero dentro del grupo estoy tratando de encauzar y disfrutar mejor mi instinto sexual.
“Cuando la satisfacción de nuestro instinto sexual se convierte en el objetivo primordial, nos imponemos exigencias a nosotros mismos y a los demás, las cuales no pueden cumplirse sin pervertir o hacer mal uso de los instintos; este choque puede producir desde un frío desprecio, hasta una candente revolución.”
Sendero de vida (Tal como la ve Bill), 13-812
PREGUNTAS Y RESPUESTAS
1.- ¿Qué características tiene la lujuria?
Una sola: el instinto sexual descoyuntado y de aquí se deriva una gran cantidad de situaciones que nos hacen sufrir: disturbios a nivel mental, lo que nos impide en muchas ocasiones ver a los ojos a las personas, tener la cabeza baja. No permitir siquiera que nos toquen la mano ya sea que se trate de personas conocidas o desconocidas del mismo sexo o del sexo opuesto.
- No disfrutar de las relaciones sexuales.
-Resentimientos hacia nuestra pareja con la consiguiente agresión.
-Pensar que todo lo relacionado con el sexo es sucio.
2.- ¿Cómo se detecta?
Simple y sencillamente por el sufrimiento que nos causan todas las actitudes mencionadas con anterioridad.
3.- ¿Cómo y por qué hace sufrir, qué tipos de daños causa?
Nos hace sufrir porque nunca estamos satisfechos, me imagino como un sediento en pleno desierto, en el cual puede haber sólo gotas de agua; siempre estar sediento. Los lujuriosos siempre queremos satisfacer el instinto sexual, y esta satisfacción es perecedera, a los pocos minutos deseamos nuevamente sexo.
Los principales daños se dan en el medio ambiente en que vivimos, nos desintegramos, o bien aparentamos que somos el centro de atracción, pensando siempre en el sexo que podemos obtener; reñimos con nuestra pareja pues la culpamos de nuestras frustraciones sexuales e incluso terminamos con las relaciones y nos quedamos solos.
4.- ¿Cómo se distingue del deseo sexual normal?
En el deseo sexual normal no hay exigencia, no hay represión, no hay sufrimiento, es algo sano y bonito. No manipulamos, ni nos sentimos manipulados. No hay actos de mal juicio, sólo practicamos aquello en lo que estamos de acuerdo con nuestra pareja, sin sentimientos de culpa o rechazo a la experiencia vivida. La naturaleza no nos hace sufrir; si hay emociones negativas es lujuria.
5.- ¿Cómo se distingue de otros defectos, como la gula y el orgullo?
El goloso antepone la comida a cualquier otra cosa, el lujurioso reprimido busca la satisfacción sexual en la comida y sufre al ver parejas de novios acariciarse en escenas desde muy románticas, hasta eróticas, lo cual le produce más hambre; sólo es inseguridad sexual.
6.- ¿Ser lujurioso es no disfrutar del sexo, o siempre querer más?
No, no siempre queremos más; a veces no podemos tener relaciones, por represión o resentimientos, pues así como con la avaricia no es la cantidad que tenemos lo que nos da la felicidad, sino la calidad y aunque nunca se trasciende el defecto por completo, si llega a aceptarse y aprender a vivir con él.
7.- ¿Descubrir el sexo en la niñez es lujuria?
El sexo en la niñez casi todos los seres humanos lo descubrimos, pero de ninguna manera de niños somos lujuriosos. Cuando yo era niña tuve juegos eróticos con personas de mi edad y adultas, esto no me causaba sufrimiento, al contrario, era agradable. El sufrimiento se presentó de grande al hablar de mi historial y darme cuenta que mi mente todo lo distorsiona, pero yo sé que las personas que no padecen neurosis recuerdan esos juegos como algo natural y parte de su desarrollo sexual.
8. ¿Cómo se puede comentar en la tribuna?
Hablando del sufrimiento que nos ha causado a lo largo de nuestra vida, de cómo exigimos o nos exigen, por unirnos a gente enferma como nosotros. Claro está que no debemos incluir el detalle sexual (mencionar nombres o sinónimos de órganos sexuales, o cómo se realizó el acto sexual, etc.), aunque existe demasiado en nuestra mente y de manera práctica. Esto lo podemos hablar en apadrinamiento, porque de ninguna manera es sugerible guardarlo.
9. ¿Hasta donde nos puede llevar la lujuria como defecto de carácter?
Hasta el panteón, la cárcel, el manicomio o N.A. (yo prefiero la última opción, ¿tú?).
10. “Limarla” ¿es no tener relaciones sexuales? ¿sí o no? ¿cómo se trasciende?
De ninguna manera es no teniéndolas, pues como ya lo vimos antes, dentro de la lujuria se encuentra la represión y esto tampoco es sano.
Lo mejor es comentar todo respecto a éste (obviamente cuando ya sabemos que tenemos el defecto), para este fin nos guían el padrino y la literatura. Como en todo, se tiene que apoyar en el servicio dentro del grupo pues el mismo nos enseña a olvidarnos precisamente de eso que tanto nos preocupa: “Si se me acaba un día qué voy a hacer…”