Los amantes de Teruel
La historia o leyenda de los Amantes de Teruel procede de una antigua tradición que cuenta la historia de amor entre dos jóvenes turolenses, Isabel de Segura y Juan Martínez de Marcilla, conocido a partir de las recreaciones del teatro barroco como Diego.
Desde 1996 se celebra en Teruel, como recordatorio de la tradición, la festividad de Las Bodas de Isabel de Segura.
La historia
En 1555 se descubrieron las momias enterradas en la capilla de San Cosme y San Damián. Junto a ellas, según el testimonio posterior del notario Yagüe de Salas, apareció un documento antiguo que recogía el suceso.
Juan de Ávalo esculpió las estatuas yacentes bajo las que reposan ahora las momias. La fría serenidad de los Amantes, cuyas manos no llegan a juntarse, es símbolo de un amor que desborda los conceptos humanos.
Los restos de los Amantes se pueden visitar en el Mausoleo de los Amantes, un edificio de nueva construcción donde, además de poder contemplar las esculturas de Ávalos, se encuentra el mural realizado por Jorge Gay Un amor nuevo, así como uno de los bocetos del cuadro de Muñoz Degrain que se encuentra en el Prado y diversas obras musicales, literarias, cinematográficas que la historia de los Amantes ha suscitado.
La leyenda
En los primeros años del siglo XIII vivían en la ciudad de Teruel Juan de Marcilla e Isabel de Segura, cuya temprana amistad se convirtió pronto en amor. No querido por la familia de Isabel, debido a que carecía de bienes, el pretendiente consiguió un plazo de 6 años y una semana para enriquecerse. Así pues, partió a la guerra y regresó a Teruel justo cuando había expirado el plazo. Para entonces, Isabel ya era esposa de un hermano del señor de Albarracín. Pese a tal hecho, Juan logró entrevistarse con Isabel en su casa y le pidió un beso; ella se lo niega y el joven muere de dolor. Al día siguiente se celebraron los funerales del joven en San Pedro; entonces, una mujer enlutada se acercó al féretro: era Isabel, que quería dar al difunto el beso que le negó en vida; la joven posó sus labios sobre los del muerto y repentinamente cayó muerta junto a él.