Fin de su reinado
Luis XVI intentó huir de París a la actual Bélgica (en aquellos días parte del Sacro Imperio Romano Germánico) con su familia. Capturados en Varennes. Luis fue trasladado de vuelta a París, donde continuó como Rey constitucional, aunque bajo arresto domiciliario hasta 1792.
En julio de 1792, Carlos Guillermo Fernando, sobrino de Federico el Grande y comandante de las fuerzas prusianas, publicó un manifiesto que amenazaba a los parisinos con una venganza ejemplar si la familia real recibía algún daño, amenazando también con castigar cualquier tipo de oposición a los ejércitos prusianos o a la reinstauración forzada de la monarquía. El manifiesto fue considerado como la prueba definitiva de que existía una conspiración entre Luis y fuerzas extranjeras (en este caso Prusia) en contra de Francia. Luis fue arrestado oficialmente el 13 de agosto de 1792 y trasladado, junto a su familia, a la Torre del Temple (París). El 21 de septiembre de ese mismo año, la Asamblea Nacional declaró la República en Francia.
Ejecución
El proceso contra Luis comenzó el 1 de diciembre de 1792, bajo cargos de alta traición. Fue sentenciado a muerte en la guillotina el 21 de enero de 1793. Despojado de todos sus títulos por el gobierno republicano, el Ciudadano Luis Capeto, llamado así por los revolucionarios para quitarle su rango de rey, fue guillotinado frente a una multitud embravecida.
El testamento político de Luis XVI
Con el fin de justificarse ante los franceses antes de huir de París en junio de 1791 Luis XVI redactó un texto político (la Declaración a todos los franceses).
Antes de huir a Varennes, la noche del 20 al 21 de junio de 1791, el último rey del Antiguo Régimen entregó su declaración al mayordomo, La Porte, con el fin de que al día siguiente la entregara al Presidente de la Asamblea.
El manuscrito original desapareció junto con otro documento del hermano de Luis XVI, el conde de Provenza, en el cual el propio rey lo encargaba de relatar las injusticias sufridas por la familia real desde 1789. De esta manera, Luis XVI "implicaba al conde en el proyecto de fuga y le obligaba, de paso, a dejar París el mismo día, evitando así que el conde aprovechara la situación para hacerse con el trono", como sucedería a la postre, con el nombre de Luis XVIII.
Luis XVI termina su declaración política con las siguientes palabras:
"Franceses y especialmente vosotros parisinos, vosotros, los habitantes de una ciudad que a los antepasados de Su Majestad les gustaba llamar la buena ciudad de París, cuidaos con las sugerencias y las mentiras de vuestros falsos amigos, volved a vuestro Rey, él será siempre vuestro padre, vuestro mejor amigo. Qué placer haría olvidar todos los insultos personales, y reunirse en medio de vosotros ahora que una Constitución será aceptada libremente hará que nuestra santa religión sea respetada, que el Gobierno se constituirá sobre una base estable y útil por su acción, que la propiedad y la situación de cada quien no serán perturbadas, que las leyes no se violarán con impunidad, y finalmente la libertad se posará sobre bases firmes e inquebrantables. En París, 20 de junio de 1791, Luis."
Precisamente esta Declaración, o Manifiesto, como se le denominó durante el juicio a Luis XVI, se convertiría en una de las pruebas de cargo por el Terror en su contra, como enemigo de la Revolución.