![](http://images.imagehotel.net/1oydhxgbqw.jpg)
Cada sucesión de momentos pueden suponer una continuidad. Cada sucesión de continuidades un engaño. Un engaño en el que vivimos hasta que nos damos de morros con la realidad de la vida. Es muy divertido y/o muy triste. O sea: ¿De qué se vive? ¿De un engaño o de la realidad? Dejar la inocencia de lado puede suponer vivir con amargura. Vivir con la inocencia presente, engañarse a uno mismo. Sacar esa ingenuidad, permite disfrutar y gozar, pero dejarse guiar por ella no es real. Porque la realidad es más cruel de lo que nadie podría imaginar, el mundo duro e insensible y lo que hoy es muy bonito, mañana puede ser agua de borrajas.
La combato con alegría, con superación, con esa ingenuidad que me gusta sacar de vez en cuando pero que no permito que sea el motor de mi vida como lo dejaba antes. No me dejo arrastrar por el desánimo y observo que mi vaso está medio lleno y no medio vacío como pensaba que estaba antes.
El hecho de haberme enfrentado a mí misma me ha ayudado a valorarme más de lo que me valoren los demás, porque las personas somos buenas y malas y hoy pueden decirte que eres maravillosa y mañana una estúpida...
El hecho es que en esta vida hay que mirar hacia adelante porque al final debemos de aprender a vivir en soledad, con nosotros mismos, con nuestras necesidades y defectos, con nuestras luchas y nuestros miedos.
Porque en el fondo, cada persona, cada ser está sólo y ha de pelear porque nadie le pise. Esa es la realidad.
![](http://images.imagehotel.net/pn73swbkot.gif)
|