La Europa napoleónica
El Código Napoleónico fue introducido en todos los nuevos Estados creados bajo el Imperio Francés. Se abolieron e feudalismo y la servidumbre y se estableció la libertad de culto (salvo en España). Le fue otorgada a cada Estado una constitución. La creación de gobiernos constitucionales siguió siendo sólo una promesa, pero el progreso y eficacia de la gestión fueron un logro real.
En 1796 Napoleón restaura nuevamente la esclavitud en las colonias francesas, abolida ésta desde 1794.
Para América Latina, la figura de Napoleón es fundamental. Su intervención en España, la promulgación de la Constitución de Bayona en 1808 que reconocía la autonomía de las provincias americanas del dominio español y sus pretensiones de reinar sobre aquellos inmensos territorios cuyos habitantes nunca quisieron aceptar los planes y designios del emperador, son elementos básicos para entender los movimientos de emancipación.
Ocaso y caída de Napoleón
Si bien el había preservado la alianza entre Napoleón y el zar las tensiones comenzaron nuevamente a crecer entre ambas naciones. A pesar de ser un gran admirador de Napoleón desde su encuentro, Alejandro I estaba siendo presionado por la aristocracia rusa para romper dicha alianza. Los consejeros del Zar le indicaron que una vasta revolución estaba fermentando por toda Prusia y que ése era el momento propicio para atacar al imperio francés y recuperar Polonia.
Gran número de tropas se desplazaron a la frontera con Polonia. Napoleón ignoró los consejos de no invadir suelo ruso y procedió a la invasión. (junio de 1812). Técnica militar que usaron los rusos que consistía en retroceder y no pelear de frente con los soldados de la Grande Armèe. Otra batalla de la campaña a Rusia fue la Batalla de Borodino. Ésta significó un gran triunfo para los franceses. Los rusos se replegaron nuevamente y Napoleón entró a Moscú. Tras un mes, temeroso de perder el control en Francia, Napoleón decidió salir de Moscú.
Los franceses sufrieron enormemente en su retirada de Rusia. En total se estima que en esta campaña, 570.000 hombres del ejército francés murieron y 400.000 del ejército ruso, a lo cual hay que sumar cientos de miles de bajas en la población civil.
Prusia se unió a la coalición, la cual ahora incluía Rusia, el Reino Unido, España y Portugal. Si bien parecía que Napoleón iba a resurgir, se unieron a la Coalición Austria y Suecia, y finalmente en Leipzig, los franceses fueron derrotados en un enfrentamiento en que los aliados contaban con el doble de las tropas de Napoleón. Después de esta batalla, Napoleón se replegó a Francia, ya no era capaz de resistir la embestida de la Coalición.
Los Cien Días
París fue ocupado el 31 de marzo de 1814. El 3 de abril fue depuesto por el Senado, Napoleón abdicó salvaguardando los derechos de su hijo el 4 de abril. El 11 de abril, el tratado de Fontainebleau estableció la renuncia de soberanía en Francia e Italia para sí y su familia, y su exilio a la isla de Elba, una isla pequeña a 20 km de la costa italiana, manteniendo su título de emperador vitaliciamente.
En Francia, los realistas instalaron en el poder a Luis XVIII. María Luisa y su hijo quedaron bajo la custodia del padre de ésta, el emperador Francisco I, y Napoleón no volvió a verlos nunca. Consciente de los deseos de los ingleses de desterrarlo a una isla remota en el atlántico y del rechazo del pueblo francés a la restauración borbónica, escapó de Elba en febrero de 1815 y desembarcó en Antibes el 1 de marzo desde donde se preparó para retomar Francia.
El rey Luis XVIII envió al Quinto Regimiento de Línea, comandado por el Mariscal Ney, que había servido anteriormente a Napoleón en Rusia. Al encontrárselo en Grenoble, Napoleón se acercó solo al regimiento, se apeó de su caballo y, cuando él estaba en la línea de fuego, gritó «Soldados del Quinto, ustedes me reconocen. Si algún hombre quiere disparar sobre su emperador, puede hacerlo ahora». Tras un breve silencio, los soldados gritaron «¡Vive L'Empereur!» y marcharon junto con Napoleón a París. Llegó el 20 de marzo, sin disparar ni un solo tiro y aclamado por el pueblo, levantando un ejército regular y una fuerza voluntaria que rápidamente ascendió a alrededor de 200.000 soldados. Era el comienzo de los Cien Días.
Establecido de nuevo en París, promulgó una nueva constitución, de carácter más democrático y liberal que la vigente durante el imperio. Muchos veteranos acudieron a su llamada, comenzando de nuevo el enfrentamiento contra los aliados. El resultado fue la campaña de Bélgica, que concluyó con la derrota en la batalla de Waterloo el 18 de junio de 1815.
El pueblo de París lo apoyaba en la lucha pero los políticos le retiraron su apoyo, por lo que abdicó en favor de su hijo Napoleón II. Marchó a Rochefort donde capituló ante el capitán del buque británico Bellerophon.