Es un tipo de pañuelo que cubre completamente la cabeza y el cuello y al que a menudo se da también el nombre de hiyab (o velo islámico, en las lenguas occidentales).
La reaparición del hiyab de nuevo corre pareja con los acontecimientos políticos. Su relegación en las décadas anteriores coincidió con una etapa que en términos generales podría llamarse de esperanza: las descolonizaciones, los experimentos democráticos, la búsqueda de la unidad en los países árabes, la tímida bonanza derivada de las rentas del petróleo y de las reformas sociales, la educación, etc. A principios de los años 70 las esperanzas se desvanecen: las democracias languidecen en manos de oligarquías que se eternizan en el poder, sostenidas por un neocolonialismo que se hace muy patente; otro tanto ocurre en los Estados regidos por ideologías panarabistas , y el sueño de la unidad árabe desaparece; en todas partes se aplican políticas neoliberales draconianas, crecen el desempleo y la emigración, la corrupción es general... Perdidas las esperanzas de cambio, se pierden asimismo en los países en los que aún dominan regímenes y modos de vida llamados tradicionales. Palestina, cuyo conflicto con Israel, a pesar de que afecta a una muy pequeña porción del mundo islámico, tiene un altísimo valor simbólico, parece haber sido abandonada a su suerte tras la derrota árabe en la Guerra de los seis días acuerdos firmados tras la guerra de 1973. En todas partes cunde el descontento y el pesimismo, que, dado el fracaso experimentado por los movimientos políticos laicos, será capitalizado por los llamados grupos islamitas, que experimentan además un notable empuje tras el triunfo de la revolución islamita en Irán(1979).
El islamismo no pretende un retorno a los modos de vida tradicionales, sino una organización social moderna pero basada no en ideas que considera importadas de Occidente, sino en el propio acervo cultural islámico. El empuje del islamismo crea toda una moda de identidad islámica que, entre otras cosas, se manifestará en el atuendo: la barba en los hombres y, sobre todo, el nuevo velo en las mujeres. Este velo no es tradicional, sino una prenda de nueva creación que pronto se extenderá por las poblaciones urbanas. Al igual que sucedió con la desaparición del hiyab en las décadas anteriores, serán las jóvenes urbanas de clase media (a menudo universitarias) las primeras en adoptar las nuevas vestimentas.
Hoy Gabito no está por la labor; no he podido centrarlo, jo....
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