Leí que alguien decía que somos flores y estamos llamados a aromar la tierra...¡Se necesita fe! Yo aún tengo un poco, pero no tanta como para pensar que somos flores. Casi se podría decir que ni aun a cardos llegamos muchas veces.
Lo que si es cierto, es que la mayoría de nuestras dolencias provienen de nuestro carácter, de nuestras acciones. No estar en paz con nosotros mismos, ni con el resto, genera una serie de molestias importantes. Incluso la mayoría de los llamados virus, no son otra cosa que la consecuencia de nuestro mal estar.
A veces quisiera recuperar parte de esa fe que ya perdí; pero es mejor que tenga menos, porque a la ingenuidad le llueven estacazos. De esta forma, al menos, los espero.
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