Sólo a veces azúl y blanco.
Como el inmenso mar, como la harina;
el alma fragmentada en mil pedazos,
la mirada serena ,
se adivina en tus ojos cansados , la nostalgia
de una tarde, septiembre.
Vienen cargadas carretas
con los frutos del verano;
los sueños de primavera,
como el viento, van pasado.
Empiezas a ver el mundo con ternura,
ni tan bueno ni tan malo.
Te miras al espejo y me reprochas
que te siga fielmente acompañando.
Duerme la tarde en tus venas,
el futuro, cada vez más pequeño y más cercano,
agita el corazón, rompe cadenas;
poco te queda ya....todo lo has dado.