Una tarde de otoño
Nadie podrá imaginar
lo que para mi significaba
este apartado y verde sitio.
Era el recuerdo, la nostalgia
los más bellos momentos
de amor vividos contigo.
La tarde otoñal era mágica
con el sol ya muy bajo
el color verde del olivar y el
rojo bello que el madroño vestía.
Mientras con voz suave me decías,
que eras dichoso y me querías,
mas yo, ni podía ni quería
ocultar mi inmensa alegría.
El paisaje, el sitio era el mismo,
pero para mi no, me faltaba algo,
lo más importante, el amor, tu amor.
¡Me faltabas tú!
Soledad García Baena