¡Amiga mía!...
Cuanta sabiduría hay en el pueblo llano,
ese, que con tanto arte te ha inventado;
sí, esa que cada día con mimo me da su mano,
que te han copiado extranjeros para llevarte,
y tú tan generosa como una madre,
cruzando cielos y mares como gaviota volaste.
Escritores, políticos y hombres de ciencia hablan de ti,
cuando llega tu hora, es sagrada, nadie chilla, nadie canta,
para no molestar a tan preciado regalo como un rubí,
eres tú amiga mía... ¡¡¡la siesta!!!... de esta España cañí.
Soledad García Baena
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