A la niña Elena le encantaba pasearse sola en el bosque cercano a la población.
Un día vio una mariposa atrapada en un zarzal. Con mucho cuidado para no romperle las alas, la dejó libre.
La mariposa se alejó feliz, pero pronto volvió, y le dijo a Elena: -Vengo a agradecerte; a cambio de tus atenciones, te cumpliré lo que más deseas-.
Elena pensó un momento y le contestó: -Lo que más deseo es ser feliz-
La mariposa le sopló algo en el oído, y se fue.
Elena creció, se hizo mujer y nadie en la población era tan feliz como ella.
Si alguien le preguntaba cuál era el secreto de su felicidad, Elena contestaba sonriendo: -He seguido el consejo de una... mariposa-.
Pasaron los años. Elena ya anciana, seguía siendo la persona más feliz.
Sus nietos y vecinos no querían que Elena muriera sin comunicarles el fabuloso secreto de la felicidad, y le insistieron: -¿Qué fue, qué fue lo que te dijo la mariposa?-
Finalmente Elena les explicó:
- La mariposa me aseguró que todos necesitaban de mis servicios y de mi amor.-