
Unos ojos se abren al día, unos labios, recuerdan un suspiro, el sabor de una piel, el olor de la eternidad; imprecisión, ambigüedad. Incierto e inseguro , tus manos palpan un rostro que lleva la mueca de una sonrisa, se trasmite a tu alma que esboza un gemido, sollozo o delirio que no obedece a razón; esa quimera de un sueño que se consumió en la noche, ciñendo un cuerpo a tu cuerpo, encadenando momentos, acoplando los fragmentos en la mejor composición, formando, la melodía con el orden de un aquelarre. El hechizo de la seducción… Se contraen las pupilas, y la luz lo inunda todo; se desvanecen los mitos y emerge la realidad ! Somos luz, destellos, fuego, faro, atalaya y señal. La energía que mueve los cuerpos. ¡ La fuerza de la voluntad !


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