Se puede matar al soñador, pero no al sueño.
Si deseas que tus sueños se hagan realidad,
!DESPIERTA!.
Sueña al soñar; pero al obrar, afirma los pies
en el suelo.
Pobre no es el hombre cuyos sueños no se
han realizado, sino aquel que nunca sueña.
Ten cuidado con tus sueños; son la sirena de
las almas: Ellas cantan, nos llaman, las seguimos
y jamás retornamos.
Juzgaríamos con mucha más certeza a un hombre
por lo que sueña que por lo que piensa.
|