¿Qué hay en el susurro de tu voz?
¿En la mirada, sospechada?
¿Y en el estremecer de los latidos?
Un dedo índice en vertical soportando el desanudar, de labios…
Meditando lo pregunto y así divulgo, rumor de expectaciones, indagación del eco de respiro adivinando el apesadumbrar de ésta vespertina, con magias de tu ser, entre las sinfonías de doncella enamorada.
Ya que en la anoche de un ayer fue algo esplendoroso en la abstracción melliza de remolinos hechizados.
¿Qué hay en el balbuceo de palabras? Detalles, coincidencias, encuentro.
¿En la huella, taciturna de tus ojos, a un sin fin melancolías?
Languidez de amar, sin traslucir al tiempo ahuyentando los sonidos, hasta el grito del te amo, como sea
¿Y en el sobresaltar del pulso, enmudecido? Declaración, albur… labios en sublime oscilación a deliciosas cercanías…
¡Semejanzas!
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