
Séneca describió el aburrimiento en un espléndido texto: “¿Hasta cuándo las mismas cosas? Me despertaré, me dormiré, tendré apetito, me hartaré, tendré frío, tendré calor. Ninguna cosa tiene fin, sino que todas las cosas se ligan en círculo; huyen, se persiguen; la noche empuja al día, el día a la noche, el estío final en el otoño, al otoño le acucia la primavera; así que toda cosa pasa para no volver. No hago nada nuevo, no veo nada nuevo; en fin de cuentas; esto da náuseas”
