Mi barca estaba vacía
antes de que tú llegaras,
aún no te conocía,
sin saber que tú me amabas
eso ya lo presentía.
Estaba ahí anclada
en el viejo embarcadero,
por la luna alumbrada
y algún perdido lucero.
Cuando sube la marea
las olas la golpean fuerte,
parece que ya se voltea
pero ha tenido suerte,
el viento solo la menea.
Estaba llena de hojas
de los otoños pasados,
de pétalos de rosas rojas,
de sueños no realizados.
Hoy navegamos juntas
en contra de las tempestades,
aunque tengo mil preguntas
y sufro por mis orfandades,
disfruto ya de sus bondades.
Mi barca ya no estará anclada,
ahora tiene nuevos remos,
me haces sentirme amada
y sabe que nos queremos.