Fue como un descuido estuve en los brazos de una diosa rodeado de pureza aunque odio las parábolas y humedecí los labios con el vino mientras le dibujaba caricias encendiendo los deseos
lo juzgué una visión un brindis temerario al placer con disonancias y arrodillarse ante la sed un hola y un adiós a su desnudo a un cuerpo sin pasión en los paréntesis de ausencia
volví del sueño derrotado con necesidad de amar para sentirme hombre mientras la diosa me imploraba
espera no despiertes
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