Primavera Me gusta el hombre cálido y amoroso en lo cotidiano de los días iguales Soy la una de los dos él me brinda caricias con la palabra y su lengua y tañe mi sensibilidad de campana La dulzura se pierde en mi cuello y me recorre íntegra Su contorno y el mío se imprimen en la cama y fosforecen las sábanas El amanecer es tranquilo después de nuestro encuentro vasto de murmullos que suceden al preñado silencio Están la luna y el sol colgados entre nuestra ropa nos vestimos de algodón y lino olemos a café y vainilla Nos place el aroma de las especias y disfrutamos los sabores de los frutos maduros
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