Independientemente de la presencia de aura o no, la migraña se inicia generalmente como un dolor intenso, pulsante, en un lado de la cabeza. Este dolor se puede extender y frecuentemente se acompaña de nauseas y vómitos. Puede durar desde pocas horas hasta tres días, acompañado de hipersensibilidad a la luz, sonidos y olores.
Todas las manifestaciones de la migraña parecen estar asociadas a modificaciones en el diámetro de los vasos sanguíneos en la cabeza, estos disminuirían su diámetro en los estados iniciales de la migraña, para posteriormente dilatarse una vez establecido el dolor. Algunos estudios sugieren que estas modificaciones son debidas a un desbalance en los niveles de un mediador químico del cerebro llamado Serotonina.
Las hormonas aparentemente también juegan un papel importante en el desarrollo de las migrañas, así se ha visto que existe una relación entre los cambios en los niveles de estrógenos y las migrañas.
Considerando que la migraña es un rasgo familiar, los investigadores sugieren un importante componente genético en la producción de las migrañas. Existen conocidos y variados factores desencadenantes para las migrañas: olores, viento seco, cambios de altitud o clima, hormonas, dejar de almorzar. Las emociones fuertes o un ejercicio intenso también podrían desencadenar una migraña.
Para la medicina convencional existe un amplio rango de medicamentos que son utilizados en el tratamiento de las migrañas. El tratamiento dependerá del número de episodios de migraña que se presenten, así por ejemplo si usted sufre de tres o más episodios de migraña al mes, posiblemente su médico le indicará un tratamiento preventivo de forma continua. Estos podrían incluir betabloqueadores o calcio antagonistas, que actuarían regulando la modificación en el diámetro de los vasos sanguíneos. Dado que estos medicamentos tienen otras indicaciones, como el tratamiento de la hipertensión arterial, su prescripción debe ser establecida por un médico, quien podrá monitorear tipo, dosificación y duración del tratamiento. Otros productos son indicados por el médico cuando los episodios son esporádicos.
Medicina alternativa
En cuanto a la medicina alternativa, existen varias opciones:
Aromaterapia: Moje la punta de los dedos índice y medio de cada mano en aceite de lavanda y con un movimiento circular frote suavemente sus sienes. Repita la operación también detrás de las orejas.
Fitoterapia: una de las plantas utilizadas más ampliamente en el tratamiento (feverfew en USA), esta planta estudiada desde principios d los 70’ en Inglaterra, ha demostrado tener ciertas propiedades beneficiosas en el tratamiento de las migrañas. Aunque chupar las hojas ha demostrado efectividad. La presencia de efectos secundarios como aftas y acidez estomacal impulsaron el desarrollo de presentaciones galénicas como píldoras y cápsulas. En el caso de elegir esta alternativa, nunca debe excederse la dosis recomendada por el fabricante.
Meditación, Yoga y Biofeedback: Este tipo de terapias dirigidas a la reducción del stress y a un incremento en el control de nuestro organismo, pueden contribuir al tratamiento de las migrañas.
Dieta:Una persona con migraña deberá evitar el chocolate, los quesos añejados, los cítricos, las carnes procesadas que contengan nitrato de sodio y el vino tinto. Por otra parte deberá asegurarse de que su dieta le proporcione una adecuada cantidad de magnesio y niacina. Una manera de asegurarse sería a través de la ingesta de suplementos minerales y vitamínicos. Es recomendable una dosis de magnesio 200 mg tres veces al día y de niacina (vitamina B3) de 100 a 200 mg al primera señal de dolor.
Remedios de nuestras abuelas: A la primera señal de migraña, sumergir los pies en agua caliente y colocar una bolsa de hielo detrás de la cabeza. Dicen que funciona si se realiza rápidamente.
Estilo de vida: La práctica regular de un ejercicio moderado puede ayudar a la prevención de los ataques de migraña. Otros buenos hábitos lo constituyen el evitar el cigarrillo, café en exceso, bebida.