Asomado al balcón del horizonte
en un atardecer con el cielo en llamas,
se dibujan en mi memoria antigua
quimeras traducidas en palabras.
Mantengamos batalla en buena lid,
guerreemos enlazados por el talle,
con la luna de Abril por testigo
y la brisa del sur de guardaespaldas.
Garabatea tus sueños en mi pecho,
desata las tormentas que hay en mí,
seré jinete cabalgando tu deseo
reavivando el frenesí en ti velado.
Cual centinela que guarda tu tesoro
me armaré de vigor y cimitarra
y en un anhelado momento
me hundiré febril en tus entrañas.
Navegaremos un mar de sentimientos
bandera henchida y pasión enarbolada,
perseguiré el sándalo de tu fragancia
en un amanecer de añiles olas bravas.
Salpicaré de lluvia blanca desatada
el humedal que refugian tus entrañas,
él servirá de cáliz a mi extenuación
recibiéndome sus ascuas abrasadas.
Te cubriré con un manto de estrellas
para protegerte del relente de la noche,
mientras nuestras miradas se funden
en un sincero encuentro de amor.
Serás la luz que guía mi peregrinaje
y yo seré pasajero de tu soledad,
cerrando al fin un vínculo protector
que nos llevará juntos a la eternidad.