
Pongo en tus manos estas rojas rosas
como homenaje a la obra que entregan
cuando, con gracia y mucho amor nos legan
estas poesías simples, tan hermosas.
Son esas manos mucho más que éso,
pues son capaces de brindar cariño
sin egoísmos, como lo hace un niño
con gesto noble, lúdico y travieso.
A nuestra hada, dulce y amorosa,
quiero decirle cuánto la queremos
sus compañeros que muy bien sabemos
de su alma grande, límpida y mimosa.


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