La historia ha etiquetado de bárbaro y temible a Atila, el rey de los Hunos más conocido, aunque en realidad la idea de que era un gobernante sin escrúpulos que sembraba a su paso la destrucción no es cierta. En primer lugar era una persona culta, ya se educó durante cinco años (del 408 al 412) en la cultura latín, griega, sistema político y administración romana. En sus banquetes recitaba poesía. Por otra parte, su sistema de ocupación solía ser pacífico, eso si, cobraba fuertes tributos a cambio de paz.